> Después de un año y 22 días desde que la delegación oficialista se levantara de la mesa de negociación con la oposición en México, tras la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano, Álex Saab, señalado de ser el principal testaferro de Nicolás Maduro. Hoy oposición y Gobierno nuevamente se verán las caras en el Foro de París por la Paz, en una reunión privada propiciada por la Unión Europea (UE), Canadá y Estados Unidos.
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA
Según Igor Cuotto, especialista en negociaciones y resolución de conflictos, los intereses de la comunidad internacional hacia Venezuela siguen estando centrados en que se logren elecciones presidenciales democráticas y se respeten los derechos humanos. Pero ahora, particularmente Venezuela puede ser vista como un potencial surtidor de petróleo en el mercado internacional si recobra su institucionalidad y logra atraer inversiones.
“La comunidad internacional busca mínimos acuerdos entre Gobierno y oposición, quiere recobrar las relaciones diplomáticas para entablar negociaciones por intereses mutuos, como el energético”, expresó.
¿En qué condiciones se está dando esta nueva negociación y qué esperar de ella?
Debemos recordar que hubo una iniciativa de la UE y una especie de grupo de amigos que era un grupo de diálogo, los cuales proponían que se generara la negociación para salir de la crisis política venezolana. Eso estuvo acompañado a la iniciativa de la Federación de Noruega. Entonces este encuentro está mucho más dentro del marco de la iniciativa de la UE que de la mediación de Noruega y lo estipulado en las negociaciones en México. Igualmente, para contextualizar, debemos recordar que Emmanuel Macron, presidente de Francia, después de la salida de Ángela Merkel, excanciller federal de Alemania, ha tratado y ha estado junto al actual canciller alemán, Olaf Scholz, para tomar el liderazgo de la UE. Y siendo el tema de Venezuela un tema desde el punto de vista político importante para las democracias occidentales, buscan la solución a la crisis.
¿La necesidad de Europa y de EE. UU. de obtener suministros de petróleo ante la crisis energética es lo que está haciendo que la comunidad internacional se vuelva a preocupar por la negociación venezolana?
Bueno, en primer lugar es un interés legítimo por la preocupación de la institucionalización democrática en Venezuela, sobre el tema de los DD. HH., y por supuesto, lo que se busca el catalizador para que países de la comunidad internacional promuevan y busquen acelerar un acuerdo entre oposición y gobierno, pasa también por la necesidad de muchos países de buscarse una alternativa energética, dado los problemas que hay con Ucrania. Es decir, hay un interés por petróleo.
¿Quieren allanar el terreno diplomático con Maduro después de haberlo llamado dictador?
Sí. Nos hemos dado cuenta cómo la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha entablado una negociación directa con el gobierno de Nicolás Maduro para algunos temas, sin que esto signifiquen que están olvidándose en la negociación entre Gobierno y la oposición. Pero yo creo que la comunidad internacional lo que está diciendo es: vamos a tratar de apoyar a la oposición y Gobierno a que lleguen a un mínimo acuerdo, vamos a tratar de ir construyendo las relaciones diplomáticas y acercarnos nuevamente al conflicto venezolano, porque si hay unas elecciones libres, transparentes y democráticas y gana el gobierno de Maduro, lo que estos países menos quieren es empezar de cero la relación con Maduro. Ellos lo que quieren es tener el camino allanado para entonces entablar un conjunto de negociaciones, en aras de los intereses mutuos que puedan lograrse.
Se dice que Gustavo Petro, presidente de Colombia, puede ser uno de los acompañantes de esta negociación. ¿Qué papel puede ejercer Petro?, un presidente de izquierda que reconoce a Maduro, pero que le ha pedido elecciones transparentes.
Es importante, como todos los actores del entorno de la crisis venezolana. Pero finalmente, para que se genere un acuerdo tiene que sentirse tan satisfecho el Gobierno como la oposición. Por el hecho de que participe este Gustavo Petro, o este Lula da Silva, o este Raúl Castro, íconos de la izquierda latinoamericana, no quiere decir que la oposición claudique.
¿Se da esta negociación entre Gobierno y oposición porque Latinoamérica está llena ahora de gobiernos de izquierda?, ¿Por qué ya no hay la misma presión de cuando existía el Grupo de Lima?
No. Hay un grupo de amigos, un grupo de contacto que se generó en su oportunidad que era variopinto, estaba el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, estaba el presidente de Perú, Pedro Castillo. Es decir, había un conjunto de países involucrados. Ahora, claro hay un ala mucho más de izquierda en Latinoamérica, pero repito, eso es Latinoamérica. Los otros actores, los actores que realmente están influyendo para que haya temas de negociación para estas elecciones son precisamente la Unión Europea y los Estados Unidos en conjunto con Canadá.
¿Qué análisis hace de la oposición que se va a sentar en esa mesa de negociación?, sigue siendo el vocero Gerardo Blyde, pero es una oposición dividida y que ahora lleva a cuestas la posibilidad de que EE. UU. deje de reconocer a Guaidó como presidente interino en 2023.
Es que yo creo que al darse unas nuevas elecciones, el reconocimiento que haga cualquier país al interinato de Juan Guaidó es totalmente extemporáneo y totalmente fuera de lógica. Por otro lado, la ficción por la cual se creó el famoso interinato no terminó de generar absolutamente ningún resultado político importante en el país, tal cual como seguramente ellos establecieron sus estrategias. En cuanto a las primarias, lo que pasa es que hay un tema importante. La oposición está llevando a cabo no solamente un proceso de negociación con el Gobierno, la oposición está llevando un proceso de negociación entre los distintos actores que conforman la oposición venezolana, es decir, los distintos partidos y los líderes que hacen vida en estos partidos.
Esa oposición que va a la mesa de negociación en París ¿Con qué puede presionar esta vez?, considerando que Maduro y Joe Biden ya se entienden directamente.
No tiene nada con qué presionar la oposición. La oposición no tiene nada con qué presionar a Maduro, más allá que su organización y la capacidad de ellos de generar acuerdos, de generar movimientos sociales y convertirse en una fuerza política importante amalgamada. Más allá de eso, el poder de presión que tiene la oposición para que el Gobierno se siente a negociar con ellos, depende mucho más de los actores del entorno que de las acciones que ellos mismos puedan ejercer.
Y ¿Cómo llega el Gobierno a esta negociación? Acaba Maduro de estrechar la mano con Emmanuel Macron y lo llamó presidente, cuando en 2017 era considerado un dictador.
Llega mucho más fortalecido, porque en primer lugar hay una crisis energética mundial en la cual Venezuela pudiese convertirse en una gran alternativa energética para muchos países. Pero para que Venezuela pueda convertirse en una solución energética requiere generar un conjunto de acuerdos con estos países y con industrias privadas de estos países, para poder activar el aparato petrolero necesario. Por eso se llevan a cabo procesos de negociación, en los cuales la comunidad internacional sabe que tiene que empezar a allanar el camino con el presidente Nicolás Maduro, porque si gana nuevamente unas elecciones ya tiene el camino allanado para entonces levantar las restricciones y darle licencia a las empresas nacionales de esos países para que empiece a negociar con el gobierno venezolano.
¿Cree que el oficialismo permitirá que se negocie sobre el cambio de las autoridades de los poderes públicos, como el CNE o el TSJ que se acaban de elegir?
Si yo fuese Gobierno, yo no las negociaría. Esas autoridades fueron cambiadas recientemente, es más el CNE lo cambiaron dos veces. Si yo fuera el Gobierno no las cambiaría. ¿Para qué lo voy a cambiar? Es decir, si tú quieres tráeme observadores internacionales, hazme auditoría, etc. Pero yo no tengo por qué acceder al cambio. Además ¿qué pasa si no lo hago?, no pasa absolutamente nada. Igualmente con el TSJ que ya sufrió una modificación.